- ¿A quien ha votado?
- A nadie, señor alcalde.
- ¿Quiere decir que se abstuvo?
- Quiero decir que voté en blanco.
Esta conversación pertenece al libro Ensayo sobre la lucidez de José Saramago. El ejemplar lo compré hace varios meses tras quedar asombrado con uno de los mejores libros que ha caído entre mis manos, Ensayo sobre la ceguera. El destino quiso que hace unas semanas me decidiera a abrirlo y que el final de su lectura haya coincidido con las protestas que se están celebrando en la Puerta del Sol de Madrid.
El libro propone el voto en blanco como una manera de mejorar el sistema democrático y dar un toque de atención a los políticos. Por eso no me gusta oír a gente joven decir, “yo el domingo no voy a votar”. ¿Es esa la manera de expresar el descontento con la situación política actual? Yo creo que no, porque con la abstención no estamos demostrando nuestro enfado, sino transmitiendo una sensación de apatía, dejadez e insolencia, como si nos importara poco o nada nuestro futuro.
El voto es un derecho que hay que ejercer siempre, sea votando al partido que cada uno crea conveniente o votando en blanco, una opción tan válida como cualquier otra. España estuvo desde el 16 de febrero de 1936 hasta el 15 de junio de 1977 sin poder ejercer su derecho al voto. Muchas personas no tuvieron la oportunidad de votar durante 41 años, por eso ahora no podemos despreciar algo que costó tanto obtener no acudiendo a las urnas.
Volviendo a Ensayo sobre la lucidez, la novela comienza con la celebración de unas elecciones en las que el voto en blanco alcanza un porcentaje muy elevado. Entonces los mecanismos del poder se ponen en marcha para buscar un culpable, alguien que pueda estar detrás de este hecho revolucionario, y por tanto peligroso. Como no se encuentran, se inventan. Esto me recuerda, a lo que está ocurriendo con las protestas de la Puerta del Sol, los partidos políticos mayoritarios están desorientados y no saben como responder ante este hecho insólito. Entonces intentan averiguar quién está detrás de estas concentraciones, los del PP aseguran que los del PSOE para movilizar a sus votantes y los del PSOE que los del PP para que aumente la abstención históricamente favorable a la derecha. Su egocentrismo, fruto del acusado bipartidismo existente en España, les lleva a sentirse agraviados cuando lo que deberían hacer es mirarse a ellos mismos.
PD: Quién haya leído a Saramago sabrá que la conversación no está escrita así, pero me he permitido la licencia de guionizarla con el objetivo de hacerla más accesible.
PD2: Las concentraciones deben ser pacíficas, porque si la violencia hace su aparición la protesta queda deslegitimada. Prohibir las manifestaciones es un error y puede provocar disturbios innecesarios.
PD3: No pretendo incitar al voto en blanco, porque ni siquiera yo sé si votaré en blanco o finalmente me decidiré por alguno de los partidos en liza. Cada uno debe consultar con su conciencia y actuar en consecuencia.
PD4: He escuchado estos días utilizar varias veces la expresión “generación perdida” para referirse a la juventud actual. La gran cultura nace en épocas de crisis como demostró la “generación perdida” estadounidense encabezada por escritores como John Steinbeck, Ernest Hemingway, William Faulkner o Francis Scott Fitzgerald. Quien sabe si dentro de unos años…
Por Roberto C. Rascón. @rcrascon
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