Ir al contenido principal

MICRORRELATO (XVI): El actor


El actor se cruzó en su camino y ella lo convirtió en el protagonista de su historia de amor. ¿Cuál fue su mérito? Quizás solo estar en el lugar y el momento adecuado. Ella asumió su parte y ejerció de 'partenaire', reservándose también las labores de guionista y directora. Tenía experiencia y estaba convencida de realizar su mejor película.

¡Luces, cámara y acción!

Comenzó el rodaje y cada día era mejor que el anterior. Entonces el actor empezó a creerse su papel reforzado por los continuos halagos que la actriz le dedicaba ("eres el mejor novio del mundo", "mi marido, mi amante y mi mejor amigo"). Ella también bordaba su papel porque las promesas —aquellas que hablaban de amor eterno y una vida juntos— tenían la fuerza de la convicción. El actor puso todo su entusiasmo desde el primer día hasta acabar perdidamente enamorado de la actriz. Nunca había sentido nada parecido y empezó a dedicar las 24 horas del día a cumplir con el papel de hacerla feliz. Todo era tan maravilloso y, aparentemente, se le daba tan bien cumplir con su papel que el actor empezó a despegar los pies del suelo y a creerse por encima de los demás, orgulloso de estar viviendo una historia perfecta. Acabó confundiendo ficción con realidad y, enajenado, el actor se vistió de rey. 

El actor no sabía que su contrato tenía fecha de caducidad y que la película acabaría cuando ella alcanzara su sueño. Una vez alcanzado ese sueño, el personaje interpretado por el actor carecía de futuro y, por tanto, ni siquiera merecía el esfuerzo de darle un final a la altura. Poco a poco, el actor se convirtió en un estorbo del que deshacerse rápidamente porque nuevos proyectos aparecían en el horizonte y en ellos no había ningún papel para él. Antes de desaparecer para siempre, la actriz, que había perdido todo interés en la historia y en el actor, destruyó todo el metraje rodado para olvidar lo vivido durante ese tiempo. Mientras, el actor vestido de rey acabó convertido en un bufón que ríe por fuera y llora por dentro.

Roberto C. Rascón (@rcrascon).

Comentarios

Entradas populares de este blog

CINE: '¿Plagio u homenaje?'

Hace unos días visioné Malas tierras (1973), la primera película de Terrence Malick, ese poeta metido a cineasta, que solo ha firmado cuatro películas en 38 años. Días del cielo (1978), La delgada línea roja (1999) y El nuevo mundo (2005) son los regalos que este director estadounidense le ha hecho al séptimo arte, aunque no habrá que esperar mucho más para ver su nueva obra. The tree of life será estrenada en el próximo Festival de Cannes con Brad Pitt y Sean Penn como protagonistas. ‘Malas tierras’ es una estimable película sobre una pareja de jóvenes que al más puro estilo Bonnie and Clyde recorren la América profunda dejando a su paso un reguero de muertes. Martin Sheen y Sissy Spacek bordan a ese par de enamorados, absolutamente insensibles ante las atrocidades que cometen. Pero el objetivo de este ‘post’ no era hablar de la película, sino llamar la atención sobre un detalle curioso de su banda sonora.

FRASES (XIII): Ampliación del campo de batalla

"La verdad es que no es nada bonita. Además de unos dientes estropeados, tiene el pelo sin brillo y unos ojos menudos que chispean de rabia. Ni pecho ni nalgas perceptibles. La verdad es que Dios na ha sido muy amble con ella". “ Estos hijos son míos, estas riquezas son mías . Así habla el insensato y se atormenta. La verdad que uno no se pertenece a sí mismo. ¿Qué decir de los hijos? ¿Qué de las riquezas?" "De todos los sistemas económicos y sociales el capitalismo es, sin duda, el más natural. Eso ya basta para indicar que es el peor". "Definitivamente, me decía, no hay duda de que en nuestra sociedad el sexo representa un segundo sistema de diferenciación con completa independencia del dinero y se comporta como un sistema de diferenciación tan implacable, al menos, como éste. Por otra parte, los efectos de ambos sistemas son estrictamente equivalentes. Igual que el liberalismo económico desenfrenado, y por motivos análogos, el liberalis...

FRASES (X): El fin de la infancia

"Todas las religiones del mundo no pueden ser verdaderas, tarde o temprano el hombre tendrá que admitir la verdad". "Palabras vacías, palabras por las que los hombres habían luchado y habían muerto, y por las que nunca volverían a luchar y a morir otra vez. Y el mundo sería mejor así". "Los crímenes habían desaparecido. Se habían hecho tan innecesarios como imposibles. Cuando a nadie le falta nada, no hay motivo para robar". "Los credos basados en milagros y revelaciones habían desaparecido totalmente, desvaneciéndose poco a poco a medida que crecía el nivel de educación". "Bajo la intensa y desapasionada luz de la verdad las creencias que habían alimentado a millones de hombres durante dos mil años, se desvanecieron como el rocío de la mañana". "Mientras no estuviera seguro, podía soñar al menos". "La raza humana ha demostrado no poder resolver los problemas de este planeta minúsculo". ...