LA PRIMA ANGÉLICA (1973), Carlos Saura.
Se cumplen 75 años del golpe de estado que desencadenó el estallido de la Guerra Civil Española. Han pasado tres cuartos de siglo y son pocos los testigos del conflicto que aun viven. La memoria del conflicto corre el peligro de desaparecer con aquellos que sufrieron en primera persona esta lucha fraticida, algo que no debe ocurrir, porque la historia nos enseña a no caer en los mismos errores. Tantos años, tantos muertos y tantas heridas aun por cicatrizar. Mientras haya víctimas descansando en fosas, no cerraremos el capítulo más triste de la historia de España. Y es que a pesar de la polémica que ha rodeado y rodea a la Ley de Memoria Histórica, no creo que nadie pueda negar a una persona el derecho a saber donde están enterrados sus familiares.
Se han hecho numerosas películas en el cine español con la Guerra Civil como protagonista, tantas que incluso ha llegado a ser motivo de crítica, pero ninguna ha tratado el tema de una manera tan original como La Prima Angélica. Es curioso cómo funciona la memoria y esto es lo que nos viene a demostrar Carlos Saura en esta obra maestra. Cada persona recuerda una misma situación del pasado de manera distinta. Luis, personaje interpretado de manera sobresaliente por José Luis López Vázquez, rememora su infancia al volver al pueblo dónde convivió con una familia, que en el fondo no era la suya, tras el traumático estallido de la Guerra Civil. La separación de sus padres republicanos, el amor por su prima Angélica, el miedo que infunde la religión, todos esos recuerdos vuelven tras su regreso.
Y Saura nos lo cuenta de la mejor manera posible. Luis (López Vázquez), se convierte en ‘Luisito’ cuándo evoca el pasado, pero manteniendo su apariencia actual. Así, pasea entre los recuerdos de los veranos de 1936 y 1973 con absoluta naturalidad, jugando con el tiempo y con la memoria. El padre falangista de Angélica (Fernando Delgado) es en la actualidad su marido, asociando Luis la misma apariencia a las dos personas que le alejaron de su prima (Lina Canalejas), tanto en el pasado como en el presente. El pasado ha marcado y perseguido al bueno de Luis, cuya existencia, seguramente, ya nunca será feliz. Recupera esos recuerdos aletargados, la mayoría dolorosos, pero necesarios para seguir adelante. Algo parecido le ocurría a la sociedad española de la época, que empezaba a despertar tras casi 40 años de dictadura.
Mención especial a la escena de la pesadilla con la monja (gusano, candado y estigmas como protagonistas) que asustaría a cualquiera y a la presentación como ‘malo’ de la película de un falangista en el año 1973. La polémica que rodeó su estreno, con ataques de grupos de extrema derecha incluidos, la acabaron convirtiendo en un éxito de taquilla. Habiendo visto varias películas de la filmografía de Saura, uno se percata de un rasgo de su cine, el cuidado a la hora de elegir a las niñas protagonistas y su afición por ponerlas a bailar con éxitos de la época. Ana Torrent y sus hermanas en Cria Cuervos, Yohana Cobo y sus hermanas en El Séptimo Día y María Clara Fernández de Loaysa con Lina Canalejas y José Luis López Vázquez en esta muestra del mejor cine español.
Por Roberto C. Rascón. @rcrascon
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