"Prefiero ser
yo mismo. Yo y desdichado, antes que cualquier otro y jocundo".
"No se pueden
fabricar coches sin acero; y no se pueden crear tragedias sin inestabilidad
social. Actualmente el mundo es estable. La gente es feliz; tiene lo que desea,
y nunca desea lo que no puede obtener. Está a gusto; está a salvo; nunca está
enferma; no teme la muerte; ignora la pasión y la vejez; no hay padres ni madres que estorben; no hay
esposas, ni hijos, ni amores excesivamente fuertes. Nuestros hombres están
condicionados de modo que apenas pueden obrar de otro modo que como deben
obrar. Y si algo marcha mal, siempre queda el soma".
"La felicidad
real siempre aparece escuálida por comparación con las compensaciones que
ofrece la desdicha. Y, naturalmente, la estabilidad no es, ni con mucho, tan
espectacular como la inestabilidad. Y estar satisfecho de todo no posee el
hechizo de una buena lucha contra la desventura, ni el pintoresquismo del
combate contra la tentación o contra una pasión fatal o una duda. La felicidad
nunca tiene grandeza".
"Donde hay
guerras, donde hay una dualidad de lealtades, donde hay tentaciones que
resistir, objetos de amor por los cuales luchar o que defender, es evidente que
la nobleza y el heroísmo tienen algún sentido. Pero actualmente no hay guerras.
Se toman todas las precauciones posibles para evitar que cualquiera pueda amar
demasiado a otra persona".
-"Me gustan los
inconvenientes. Yo no quiero comodidad. Yo quiero a Dios, quiero poesía, quiero
peligro real, quiero libertad, quiero bondad, quiero pecado".
- "En suma,
usted reclama el derecho a ser desgraciado. Sin hablar del derecho a envejecer,
a volverse feo e impotente, el derecho a tener sífilis y cáncer, el derecho a
pasar hambre, el derecho a ser piojoso, el derecho a vivir en el temor
constante de lo que pueda ocurrir mañana; el derecho, en fin, a ser un hombre atormentado".
- "Reclamo
todos estos derechos".
Aldous Huxley, Un mundo feliz.
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