Vivimos momentos difíciles. La situación económica es complicada y las noticias sobre la crisis y sus consecuencias protagonizan los informativos. La mayoría de las personas no entendemos los mecanismos que rigen la economía mundial, de ahí que asistamos con resignación a la avalancha de datos ininteligibles que nos ofrecen. Hace unos días, viendo un capítulo de Flying Circus, con los míticos Monty Python al frente, me topé con un sketch que resume a la perfección la avaricia de los bancos (solo preocupados en acumular beneficios) y la insana competitividad del mercado laboral. El programa fue emitido en 1972 y uno comprueba con estupor como las cosas no han cambiado en estos años. La conclusión es que al final ganan y pierden los de siempre, aunque nada mejor que el humor surrealista de estos genios para hacer más digerible el mal trago.
"La verdad es que no es nada bonita. Además de unos dientes estropeados, tiene el pelo sin brillo y unos ojos menudos que chispean de rabia. Ni pecho ni nalgas perceptibles. La verdad es que Dios na ha sido muy amble con ella". “ Estos hijos son míos, estas riquezas son mías . Así habla el insensato y se atormenta. La verdad que uno no se pertenece a sí mismo. ¿Qué decir de los hijos? ¿Qué de las riquezas?" "De todos los sistemas económicos y sociales el capitalismo es, sin duda, el más natural. Eso ya basta para indicar que es el peor". "Definitivamente, me decía, no hay duda de que en nuestra sociedad el sexo representa un segundo sistema de diferenciación con completa independencia del dinero y se comporta como un sistema de diferenciación tan implacable, al menos, como éste. Por otra parte, los efectos de ambos sistemas son estrictamente equivalentes. Igual que el liberalismo económico desenfrenado, y por motivos análogos, el liberalis...
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