"Desde la infancia nunca había creído en la permanencia y, sin embargo, la había anhelado.
"La muerte era el único valor absoluto en mi mundo; se pierde la vida y ya
uno no puede perder otra cosa nunca más. La muerte era algo mucho mas cierto
que Dios, y con la muerte ya no existiría la posibilidad diaria de que el amor
muriera".
"Nunca podría haber sido pacifista, matar a un hombre era seguramente
concederle un beneficio inconmensurable".
"Siempre será inocente, no puede echarse la culpa a los inocentes, no tienen
nunca la culpa, todo lo que puede hacerse es controlarles o eliminarles, la inocencia
es un tipo de locura".
"No podía justificar esa repugnancia ante la muerte, después de todo era
cristiano, uno de aquellos que aprendieron de Nerón cómo se usaban los cuerpos
humanos para encender fuegos".
"Cuando somos jóvenes somos una jungla de complicaciones, nos simplificamos
a medida que envejecemos".
Graham Greene, El americano tranquilo.
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